El motivo de la cadena dorada de Balmain, inspirado originalmente en los motivos clásicos de los pañuelos de seda franceses y materializado en singulares adornos y accesorios en 3D en las últimas pasarelas femeninas de Olivier Rousteing, ha sido adoptado rápidamente como una firma única de la casa que aúna rebeldía y patrimonio. El diseñador ha retorcido e invertido hábilmente los símbolos de la exclusión de la clase alta, para dar un giro al enfoque y ofrecer un nuevo tipo de lujo, sorprendentemente fresco y muy actual. "Se trata de un conjunto de diseños que ahora está abierto a todos", como explica Rousteing. "Estos nuevos códigos de la casa, audazmente sobredimensionados, reflejan los valores inclusivos del Balmain de hoy".